jueves, 23 de septiembre de 2010

Los ganadores del concurso son...

Ya se sabe quién ha ganado el concurso de un Año Sabático en La Rioja. Al final ha sido Nerea Ariztoy, una de las semifinalistas que había conseguido más votos. ¡Enhorabuena para ella!

Además se han sabido los ganadores de los fines de semana en La Rioja por haber votado a alguno de los candidatos. Estos han sido:

  • Anna Festerling
  • Daniela Amanda Vieira Xavier
  • Ana Domínguez
Y además hay 2 suplentes:

  1. Leticia Valencia Martínez
  2. Jorge Antonio García Carrión

Ojala alguno hayáis sido de mis votantes. De no ser así, una vez más, os agradezco enormemente vuestro apoyo durante la fase de la semifinal.

jueves, 9 de septiembre de 2010

¿Y ahora que...?

Tras la pequeña decepción que ha supuesto no conseguir los votos necesarios para pasar a la final del concurso Sabático en La Rioja he estado pensando qué hacer con este blog. Por un lado no tenía demasido sentido que se mantuviera abierto ya que una vez que su propósito había sido superado los posibles visitantes podían enfrentarse con un anacronismo en los contenidos. Llevo muchos años en Internet y no soporto encontrarme con contenidos desactualizados y con lo que podríamos denominar "basura cibernética".

Pero por otro lado sentía pena abandonando y borrando los posts con los que estuve compitiendo. Enfocados en contar mis vivencias en un mes californiano, tal vez puedan servir de ayuda a alguna persona que algún día desee viajar a San francisco y esté buscando información sobre la ciudad. Además tampoco he sido nunca de los que esconden o destruyen lo que escriben. Gracias a Internet puedo publicarlo y volver a ello una y otra vez, a leerlo y sorprenderme a veces o enrojecerme en otras ocasiones.


Y finalmente, no renuncio a abandonar mi trabajo por un tiempo y poder dedicarme durante un año a llevar a cabo el proyecto que me llevó a presentarme al concurso de La Rioja. La investigación sobre cómo aprenden los niños utilizando las tecnologías, qué ocurre con sus familiares cuando se enfrentan a esa forma distinta de comportamiento, cómo se enlaza con los cambios que se están produciendo en los entornos rurales. En España o fuera de ella. Es un tema que me resulta apasionante y que creo que debe ser estudiado en profundidad, con seriedad y sin olvidar nunca la parte divulgativa, haciendo llegar las conclusiones a toda la sociedad.

Para llevar a cabo un proyecto así tendría que viajar, poder tener tiempo para entrevistarme con niños, con profesores, con padres y con abuelos. Analizarlo sobre el terreno. Contrastarlo. Y poder escribir sin la presión de las clases en la universidad, de las permanencias, de tener que hacer mil proyectos diferentes al mismo tiempo. Simplemente centrarme en investigar, esa palabra tan extraña para muchos en nuestro país, y escribir.

Siempre he dicho que uno no debe renunciar a sus sueños. Me vanaglorio de exigir a mis alumnos que persigan aquello que realmente quieran, que busquen ser felices luchando por lograr lo que desean. Y es momento de aplicarme el cuento. No sé lo que tardaré en conseguirlo. No sé si alguna institución será capaz de costearme lo que quiero llevar a cabo. No sé como enfocarlo sin la presencia de un patrocinador como en su momento podía haber sido La Rioja. Pero lo que si sé es que seguiré trabajando en ello.

Además seguiré publicando en este blog posts relacionados con las ciudades y países que vaya visitando. Al menos así los menos interesados en mi proyecto pero a los que os guste viajar tendréis un aliciente para volver por aquí de vez en cuando. Las puertas siguen abiertas y de ese modo se mantendrán para todos vosotros.

Así pues, ¡¡¡¡comenzamos de nuevo!!!!

(He cerrado la página de apoyo de Facebook pero una vez más vuelvo a agradeceros a todos los que en algún momento decidistéis haceros fans vuestro apoyo por todo)

lunes, 6 de septiembre de 2010

SEISCIENTOS TREINTA Y UNO

No podía imaginar hace varios meses que la frase, "Necesito un año sabático", lanzada con desesperación en uno de mis Twitts, iba a cobrar tanto sentido e importancia. Poco después de publicarla me enteraba de la iniciativa del Gobierno de La Rioja para ofrecer un año sabático a través de un concurso y me apuntaba a ella. No era complicado, tan solo rellenar un formulario, contar qué te gustaría hacer durante ese año y esperar que tu proyecto encajara.

El día que recibí la llamada comunicándome que había sido preseleccionado para ser entrevistado tuvo algo de mágico. De repente el participar de lleno en la iniciativa de La Rioja superaba el mero hecho de haber rellenado un formulario en Internet. Y durante la entrevista realizada en Lavinia la posibilidad de lograrlo parecía estar más cerca aún.

Pasamos a la semifinal quince concursantes. Seguramente muchas de las personas que no lo hicieron tendrían proyectos tan buenos o mejores que los nuestros. Pero cualquier proceso de seleción tiene algo, por no decir mucho, de injusto. A partir de ahí comenzaba el concurso propiamente dicho. Durante cerca de un mes los quince candidatos debíamos hacer campaña para conseguir ganar un proceso de votación, pudiendo hacerla a través de las redes sociales y mediante nuestro círculo de amigos y conocidos.

Desde el primer momento quedé rezagado. El día que se conocieron los primeros resultados ocupaba el puesto undécimo. Y según iban pasando los días la distancia se hacía insalvable. Las iniciatitivas de los concursantes se multiplicaban y con mi campaña de perfil bajo, centrada en contar mi viaje a Estados Unidos como lo haría en un diario sabático, en mi Twitter y en participar en el Facebook del concurso, no acababa de conseguir los votos necesarios para conseguir subir en una clasificación que cada vez se empinaba más.


Finalmente el período de votación se ha cerrado y mi posición apenas ha mejorado desde la primera de las clasificaciones. He pasado del undécimo al décimo puesto, con un total de 691 votos. De esos votos, 60 corresponden a mi santa y a mi, que hemos ejercido nuestro derecho a votar todos los días, incluso cargando con un ordenador en el viaje a Las Vegas (que sé que está pendiente de contar) solamente para poder hacerlo. Es decir, 631 votos han sido emitidos a mi favor durante este mes por otras personas que no hayamos sido nosotros dos.

631 momentos de entrar en una web para incluir un usuario y una contraseña. 631 apoyos para, en el mejor de los casos, empujar un poquito a un desconocido. 631 ayudas llevadas adelante sin pedir nada a cambio. 631 esfuerzos y alientos a favor, para tratar de conseguir que yo estuviera un poquito más arriba.

Ha sido arduo y por fin ha terminado. He quedado lejos de los cinco primeros, de los más votados. Pero eso no hace que me sienta menos emocionado. Cada vez que veo los votos conseguidos comprendo que nunca hay que dejar de luchar por perseguir un sueño. Nunca hay que rendirse y dejar de pelear por lo que realmente quieres.

Todos los que nos presentamos al concurso teníamos razones nobles: la más importante, poner en marcha un proyecto que cambiase nuestras vidas, que las hiciera mejor. Y esa nobleza se ha reflejado en todo el tiempo. Jamás un reproche o una mínima palabra crítica hacia el resto de candidatos. Relaciones basadas en una cortesía y un compañerismo exquisito, más allá de las políticas de cualquier concurso.

Faltan pocas horas para que los finalistas sean nombrados oficialmente. Lo de menos es si habrá sorpresas o no. Lo importante sigue siendo la idea de que quince personas hemos estado dispuestos a concursar en buena lid por conseguir llevar adelante una idea, un proyecto. Ojala todos, con año sabático o sin él, consigamos lograr ponerlo en marcha muy pronto.

A todos vosotros, los que habéis estado ahí, los que me habéis apoyado y los que finalmente habéis preferido apoyar a otro candidato por entender que lo merecía más, de corazón, muchísimas gracias.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Bakcheia

Bakcheia es el frenesí al que inducia Baco, el dios griego del vino y que inspiraba la locura ritual y el placer llevado al extremo, el éxtasis.

BAKCHEIA es un vino de autor que frente al clásico uso de las uvas Tempranillo y Garnacha es elaborado con uva 100 % Cabernet Sauvignont. Es presentado en sus tres variedades, Joven, Crianza y Reserva. La única diferencia en su etiquetado viene marcada por el color de impresión de marca y el tipo de vino, que destacan en relieve de color sobre el color negro de la botella.


El color rojo, agresivo y fuerte, ha sido elegido para la variedad Joven, por su carácter llamativo y cálido. Ideal para compartir un momento de aperitivo con amigos.

La gradación de colores nos lleva al ámbar, para ofrecernos la variedad Crianza, reflejando en él la perfección de un vino cerca de su estado óptimo y con buena evolución, mejorando con el tiempo.

El equilibrio final llega de la mano de BAKCHEIA Etiqueta Verde, el Reserva perfecto para equilibrar las energías, especialmente de la mano de nuestra añada 2005.

Baco nos mira desde la base de la botella, elevando su mirada ladeada mientras observa divertido el efecto de la emoción previa al desenfreno para los sentidos que supone el descorche de una botella de BAKCHEIA. Incluso mientras espera a que el comprador, sorprendido ante la sencillez del etiquetado, busque en la parte posterior de la botella la etiqueta que indique la denominación de origen, ahí sí, de La Rioja.

Un relato, la vida misma...

Damián es el último de los chicos en franquear la puerta. Camina con paso alegre hacia el patio mientras Lorenzo levanta la mirada para corresponder a su “hasta mañana profe” con la mirada. Hoy ha sido un día difícil. Todos lo son de un tiempo a esta parte. Con el calendario en la cabeza es difícil concentrarse en las últimas clases, en la preparación de las tareas del aula, en la corrección de los deberes de los chicos, en la realización de su trabajo, en definitiva.

Durante unos instantes Lorenzo observa el aula vacía, iluminada por las pantallas de los ordenadores que sus alumnos tienen la manía de dejar encendidos. Ordenadores. Esas máquinas infernales que poco a poco han ido entrando en su vida pese a que siempre juró que no eran necesarios para su trabajo. Cuarenta años de profesión, décadas en las que enseñar ha pasado de ser un arte de palabra y tiza a convertirse en un trabajo marcado por las máquinas. Mientras Lorenzo recoge sus libros y los mete en la ajada cartera de cuero recuerda la contestación de Marina, la mayor de los Peláez, sobre las características que debe tener una correcta alimentación. Su exposición sobre la importancia de consumir aceite le ha dejado dolido por dentro. No porque no haya sido excepcional, sino por lo increíble de la situación. Una niña de catorce años hablando del Valle del Alhama y su aceite como si fuera una crítica gastronómica profesional.

Años antes habría pensado que Marina conocía la comarca del Alhama por su familia. Pero hoy Lorenzo sabe que la niña jamás ha salido de la zona de Peñafiel. Es curioso que una niña nacida en plena Ribera del Duero hable de La Rioja como si hubiera estado allí. Lorenzo imagina la respuesta. Marina ha buscado en Google La Rioja y en la pantalla de la máquina ha aparecido toda la información. Lo ha hecho tan rápido y ha sido capaz de leerlo con la agilidad suficiente como para que pareciera que lo sabía de antemano. Él no ha podido más que asentir mientras pensaba una vez más en el calendario, en como las hojas van pasando pero no acaban de llegar a la esperada fecha del retiro, marcada en secreto y presta a aparecer, no como en esas agendas modernas de los ordenadores, molesta y brincante, sino con la sutileza de unas palabras leídas con sorpresa al pasar una página.

Echa una última mirada a los ordenadores de la clase y sale del aula pensando en su Cervera del Río Alhama natal, en su casa al final de la Calle de la Queda y el momento en el que el calendario, las máquinas y los chicos dejen paso al necesario descanso…


Marina camina con paso raudo hacia su casa. Está contenta. La clase de Sociales con Lorenzo ha sido menos aburrida de lo habitual ya que ha podido tener el ordenador abierto y mientras el profesor rellenaba pizarra tras pizarra podía utilizar el Tuenti para hablar con Lucía y Gerardo. Tuenti mola, piensa mientras sube con avidez las escaleras para llegar a su habitación y poder acceder a su flamante portátil, regalo de sus padres las pasadas navidades. Y es la página de la red social la primera en la que entra nada más conseguir conectar a Internet. Sabe que tiene que ser prudente ya que sus padres están últimamente bastante quisquillosos con lo que mira o lo que deja de mirar en Internet. A fin de cuentas ella lo único que quiere es divertirse y donde están todos sus amigos es en esa web de colores azul y blanco.

Tras pasar la página en la que le recuerdan que Ana cumple años la semana que viene, la mirada de Marina se dirige con rapidez hacia la zona izquierda de la pantalla. Las visitas a su perfil han aumentado desde esta tarde en clase. Tras una ágil revisión de los eventos a los que ha sido invitada vuelve a observar las fotos en las que ha sido etiquetada. Gerardo, el amigo de Blanca, al que aceptó hace un par de semanas, ha etiquetado tres fotos más. En ellas aparecen Blanca y Marina disfrazadas de calabazas. Se siente un poco tonta observando esas fotos del pasado Halloween, sobre todo porque piensa que Gerardo puede hacerse una idea equivocada de cómo es ella. Le gusta ese chico, que tanto se parece a Justin Bieber .

No sabe muy bien donde está Grávalos, el pueblo con nombre extraño en el que vive, pero imagina que debe ser un sitio chulo. Además hoy Gerardo la ha ayudado con la pregunta de Lorenzo. Ella no tenía ni idea de que había aceite en la comarca del Alhama. Realmente le importa muy poco el aceite y su cultivo. Pero cuando ha visto que podía marcarse un tanto en clase ha sido fantástico que Gerardo contestara a su petición de ayuda con un enlace a una web de agricultura de La Rioja. Definitivamente cree que es momento de darle a Gerardo el número de su móvil, se lo ha ganado. Aunque antes de hacerlo se lo consultará a Blanca para ver qué le parece. Abre el Messenger y al ver a su amiga conectada comienza a escribir contándole su plan para acercarse más al chico del pueblo de nombre raro…


Gerardo acaba de llegar desde Alfaro a su casa. Hoy, como todos los días, ha ido a buscarle su abuelo, Tomás. Gerardo sueña con que llegue su cumpleaños y poder lograr la moto prometida para conseguir la ansiada independencia. Quiere mucho al abuelo Tomás pero necesita sentir la libertad de ir y volver al instituto sin contar con nadie. Sabe que su padre, Luis, no se va a negar ya que está muy contento con la página web que Gerardo está haciendo de la Casa. La Casa es el negocio en el que sus padres se embarcaron tras abandonar Logroño hace dos años y asentarse en ese pueblo pequeño, soñando con explotar un alojamiento rural cerca de las fuentes. A Gerardo le duele recordar aquellos días. La separación de sus amigos. Tener que recorrer en autobús el trayecto hasta Alfaro o tener que esperar a que vayan a buscarle. No saber qué hacer más que pasar las horas en la Plaza. Al menos hasta hace un par de semanas cuando conoció a Marina a través de Tuenti.

Desde que se mudaron Gerardo pasa muchas horas frente al ordenador y ahora desea con más fuerzas llegar a su casa lo antes posible. Sabe que sus padres están ocupados con los huéspedes y que su abuelo quiere ver el futbol. A él no le interesa demasiado el deporte. Prefiere usar su Multimedia Studio, la aplicación de Linux para la creación de música, y preparar sus propias composiciones.

Lleva varios días retocando una canción muy especial para grabarla y mandársela a Marina, la chica de ojos azules que le ha vuelto loco. No tiene su teléfono todavía pero cree que tras la conversación de esta mañana por el Tuenti podría conseguirlo pronto. Menos mal que Julia, la profe de música, le ha salvado la papeleta. Julia les habló del aceite de la comarca del Alhama hace un par de días, mientras estaban buscando inspiración para crear un podcast en clase. La idea, que le había parecido tan extraña al principio, era que creasen música como si fueran las hojas de un olivo de Cabretón. Hubo mucho cachondeo en clase a costa de la idea de Julia, pero se acordó de ella cuando Marina pidió ayuda a través de la pantalla.


Gerardo, frente a su ordenador va lanzando aplicaciones, se prepara para continuar con la web de sus padres, continuar grabando la canción para Marina y permanece anhelante sabiendo que en un rato es posible que ella se conecte…